Ingredientes
- 2 patatas grandes.
- 2 huevos.
- 1 trozo de cebolla.
- 1/2 diente de ajo.
- perejil.
- sal.
- AOVE.
Preparación
- Se pela y se trocea la patata en dados pequeños y se añade sal al gusto.
- Se pica la cebolla en trocitos pequeños.
- En una sartén se calienta el aceite y se añade la patata y la cebolla juntos y se fríen a fuego medio hasta que la patata esté hecha. Hay que conseguir que estén doraditas pero no tanto como si fueran a comerse así directamente.
- Se escurren bien para quitarles el exceso de aceite y se apartan en un bol donde luego se mezclarán con el huevo. Se tapa para que se pongan blanditas.
- Se baten los huevos, se les añade 1/2 diente de ajo muy picado y un poco de perejil picado.
- Se vierten los huevos batidos sobre el bol de patatas y se mezcla bien todo. Se deja reposar 15 minutos.
- En una sartén con aceite caliente se pone la mezcla dándole forma con la espumadera.
- Se deja a fuego medio que se vaya cuajando el huevo por la parte de abajo. Cuanto más lentamente se haga la tortilla, mejor quedará por dentro, ya que así no se nos quedará cruda por dentro y muy hecha por fuera. Todo depende del gusto de cada uno, porque si te gusta poco hecha, puede hacerse a fuego más bien fuerte. También influye el grosor de la tortilla, ya que a mayor grosor, más tiempo necesitamos para que se haga bien por dentro y por fuera.
- Cuando la parte de abajo tenga ya una base creada con el huevo cuajado, se usa un plato llano más ancho que la sartén para darle la vuelta. Si la sartén es antiadherente, mejor, porque si no lo es, es posible que la tortilla se pegue un poco y cueste girarla. Se le la vuelta con cuidado y se vuelve a echar sobre la sartén para que se haga por la otra cara.
- Se vuelve a dejar a fuego lento-medio hasta que se cuaje bien esta otra mitad, y si fuera necesario se le da las vueltas que se vean convenientes para que quede a nuestro gusto.
